Reemplazar-Amplificar-Trasformar, alternativas al modelo SAMR

Aunque el modelo SAMR se ha hecho bastante popular en los últimos tiempos, lo cierto es que no está exento de problemas, que surgen en cuanto comienzas a analizarlo un poco en profundidad.

Mala definición

Para empezar, el modelo SAMR establece cuatro fases o niveles de integración de las TIC en el aula y, en muchos casos, resulta difícil encuadrar un cierto uso de la tecnología en una u otra.

Particularmente resulta difícil diferenciar entre las fases de sustitución y aumento, y entre las de aumento y modificación. Esto nos puede llevar a considerar que el mero hecho de introducir tecnología es suficiente para considerar que nuestra práctica docente es innovadora o transformadora, sin serlo, y de ahí a la autocomplacencia y el estancamiento hay un paso muy pequeño. Por no hablar de las discusiones bizantinas a las que nos puede llevar.

Así que a través del artículo de Seán McHugh Digital Literacy Dover: The RAT, SAMr, Transformative Technology, & Occam’s Razor llego a una versión del modelo que simplifica las fases y, a la vez, reduce la ambigüedad. Presentamos RAT, un marco diseñado por Joan Hughes (Hughes, J.E., Thomas, R., & Scharber, C. (2006, March). Assessing Technology):

  • Reemplazar: la tecnología se usa simplemente como un medio diferente de instrucción.
  • Aumentar: la tecnología permite mayor eficiencia y productividad sin suponer un cambio fundamental
  • Transformar: la tecnología permite formas de instrucción y aprendizaje que no eran concebibles sin ella.

¿Objetivos implícitos?

Las cuatro etapas del SAMR pueden inducir confusión a la hora de evaluar la práctica docente en relación con el uso de la tecnología.

Por una parte, se apunta que uno de los defectos del modelo, como menciona Trevor Shaw, es la idea de que sugiere que el objetivo de la integración tecnológica es llegar a la fase de Redefinición. Es algo que los proponentes del mismo niegan, pero el diseño y la presentación del mismo sugieren esto fuertemente. Esto puede convertirse en un problema práctico al presionar a los docentes para utilizar las TIC en un grado de profundidad para el que no se sienten seguros.

Desde otro punto de vista, Chris Nesselbein señala otra cuestión ejemplificando lo que pasaría si convertimos las etapas de SAMR en los cuatro puntos de una rúbrica de Marzano.

Para empezar, se encuentra con el problema de la mala definición de los niveles intermedios, lo que contradice la filosofía del diseño de rúbricas. Además, teniendo en cuenta que el tercer nivel de Marzano sería el nivel de «Objetivo», la etapa de Redefinición quedaría como un nivel «extraordinario».

Con esto, concluye que SAMR establece criterios mal definidos (lo que vimos en el punto anterior) y una meta difícil de alcanzar.

En consecuencia propone adoptar el modelo RAT, incluyendo una nueva etapa que denomina «Liderazgo» y que se referiría a la capacidad de los docentes que llegan a ella de animar y ayudar a otros en su propio proceso de integración de la tecnología.

El cambio pedagógico

Una coincidencia entre ambos marcos de evaluación es que tanto SAMR como RAT llevan implícito un cambio pedagógico relacionado con la introducción tecnológica.

Este punto plantea una cuestión crucial: ¿es la tecnología la que impulsa el cambio pedagógico? ¿O es que la perspectiva pedagógica permite usar la tecnología de maneras más profundas e interesantes?

Sin negar el hecho de que la tecnología abre posibilidades que de otro modo son muy difíciles o incluso imposible sin ella, lo cierto es que por sí sola no puede cambiar un modelo pedagógico.

La consecuencia es que el salto entre los niveles de Aumento y los niveles de Transformación es bastante grande en ambos modelos (algo que la propia Joan Hughes reconoce en su artículo), porque en realidad ese salto sólo puede hacerse si existe una base pedagógica que proporcione la visión e impulso necesarios, por lo que es fundamental tener en cuenta las dos dimensiones pedagógica y tecnológica.

En ese sentido, creo que la ventaja de RAT viene de definir un marco más simple y con una mejor definición de cada uno de sus niveles, de modo que el nivel objetivo (transformación) no resulta tan difícil de alcanzar como se desprende del SAMR.

Bienvenido RAT

No es facil encontrar información sobre el marco RAT en español, pero creo que es un modelo que convendría tener en cuenta en nuestro entorno, en donde parece haber calado el SAMR sin demasiado análisis.

RAT resuelve adecuadamente los problemas más destacados de SAMR y permite un diseño sencillo y bien estructurado tanto de los programas de integración de las TIC como de los procesos de formación y actualización asociados.

El trabajo sobre el RAT sigue en progreso en tanto que el equipo de Joan Hughes sigue trabajando en proporcionar mayor fundamento y clarificación a las etapas definidas.

Saber más…

 

 

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